martes, 22 de febrero de 2011

Étoile Eternelle

Si, yo estaba presente aquella fría noche cuando la tierra soltó un alarido de pavor, al principio nadie supo a que se debía esto, nadie pudo acercarse a ayudar a la tierra que en ese momento estaba pariendo un corazón, la mayoría sentimos miedo, otros tontos nos llenamos de alegría, a los más viejos de la gran comarca esto los enardeció y se fueron directo a ver a la tierra pariendo con pugidos un pequeño vastago, sucio y con olor fétido, lo vi llorar del dolor, vi moverse los mares y todo en ella pago con más fuerza hasta que finalmente llegó.
Jesús Suárez


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