sábado, 29 de enero de 2011

Rocamadur

No había pensado en ponerle nombre, cuando él me vio tocarlo escuchó atento y pensativo, al terminar la pieza no dudo en decírmelo. Él ya no está,  ahora escucho su voz cada vez que el arco atraviesa las cuerdas de mi cello. 
Nancy

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